El verano es para disfrutarlo al aire libre y qué mejor opción que en campamentos. No solo nos ayudará a los papás en la conciliación familiar, sino que les daremos a nuestros hijos e hijas una experiencia nueva. Se relacionarán con otras personas, harán nuevas amistades, darán sus primeros «pasitos de adulto» e, incluso, aprenderán cosas nuevas con diferentes actividades. Siempre supervisados por profesionales. Por todo ello creemos que esta experiencia la deben vivir por lo menos una vez en su vida.
A continuación os indicamos los beneficios y las ventajas que tiene asistir a una campamento de verano durante nuestra infancia:
Promueve la independencia: Es el momento ideal para que desarrollen su independencia y autonomía, podrán explorar el mundo por su cuenta de una forma nueva y emocionante.
Fomenta la responsabilidad: Valores como la puntualidad, el orden y la organización es algo que tendrán que gestionar ellos mismos sin la ayuda de sus padres.
Nuevos aprendizajes: Durante el verano los más jóvenes suelen volverse más perezosos intelectualmente debido a la falta de estimulación que reciben durante el curso en el colegio. Sin embargo, los campamentos de verano pueden convertirse en el estímulo mental que necesitan en un entorno más distendido.
Realizan actividades en contacto con la naturaleza, sin pantallas: Los campamentos de verano son una oportunidad excelente para que vean lo divertido que es estar en plena naturaleza, sin dispositivos electrónicos como móviles o tabletas.
Estimula el juego libre: A diferencia de las actividades extraescolares, los campamentos de verano ofrecen un entorno más informal que fomenta el juego libre con otros niños y niñas.
Fomenta las habilidades sociales: Son sitios idóneos para hacer nuevas amistades.
Genera autoconfianza: Los campamentos de verano les permiten salir de «su burbuja» o zona de confort brindándoles nuevas oportunidades de crecimiento.
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