Las tartas de cumpleaños son una tradición que existe desde los antiguos romanos, pero te habías preguntado, por qué soplamos las velas de cumpleaños o cuándo comenzó la tradición de hacerlo.
Una vez cada doce meses, el día de nuestro aniversario, todos nos colocamos delante de una tarta, llenamos de aire nuestros pulmones y soplamos con todas nuestras fuerzas para apagar las velas cuidadosamente colocadas sobre la superficie del pastel. No existen muchos rituales que se repitan con tanta exactitud en tantos países distintos. Es algo tan natural y tan asimilado que el origen de esta tradición ha quedado casi enterrado, pocos conocen la historia que explica una de las costumbres más extendidas y asentadas en todo el mundo.
No hay claridad acerca de quién comenzó con la tradición, hay diversas teorías y una de ellas nace en la Alemania del siglo XVIII donde se festejaba el Kinderfest. En el dulce o postre del niño homenajeado se colocaban dos velas, una para representar la luz de su vida y otra que simbolizaba los años venideros. Esta especie de ritual hacía que las llamas estuvieran encendidas todo el día y eran reemplazadas cuando quedaban consumidas. Al finalizar el día ya podían apagarse las velas soplando. Como en muchos rituales ,entonces se creía que el humo propagaba el deseo que pedíamos en nuestro cumpleaños. Y parece ser que este ritual evolucionó hasta lo que conocemos hoy, ¿lo sabías?
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